¿Los alimentos ecológicos son más saludables?

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La oferta de alimentos ecológicos es cada vez más amplia; basta con fijarse en el espacio creciente que ocupan en las tiendas de alimentación, mercados y supermercados. La búsqueda de una alimentación más natural, la protección del medio ambiente y el cuidado de la salud son los principales motivos que impulsan a muchas personas adquirir este tipo de productos. ¿Realmente son más sanos? Intentamos responder con la ayuda de expertos en nutrición y tecnología de los alimentos.

El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) confirma el crecimiento de este modelo de producción agrícola en el documento Estrategia para la Producción Ecológica 2018-2020, publicado en 2018, en el que se resalta un “crecimiento sostenido que ha posicionado a nuestro país como el primer productor de la Unión Europea por superficie, con cerca de dos millones de hectáreas acogidas a este método de producción a finales de 2015, lo que sitúa a nuestro país entre los cinco mayores productores del mundo”

El MAPA incluye en su página web la siguiente descripción: “La producción ecológica, también llamada biológica u orgánica, es un sistema de gestión y producción agroalimentaria que combina las mejores prácticas ambientales junto con un elevado nivel de biodiversidad y de preservación de los recursos naturales, así como la aplicación de normas exigentes sobre bienestar animal, con la finalidad de obtener una producción conforme a las preferencias de determinados consumidores por los productos obtenidos a partir de sustancias y procesos naturales”.

Menos plaguicidas

Hay consumidores de productos biológicos que piensan que la agricultura ecológica prescinde por completo del uso de pesticidas, fertilizantes químicos, antibióticos y aditivos, cuando lo más correcto es afirmar que restringe al máximo el uso de este tipo de sustancias, que además tienen que ser de origen natural.

La euro hoja es el logotipo que acredita que un producto cumple las normas europeas de producción ecológica.

En el extremo opuesto se sitúan quienes aseveran que la comida ecológica es un fraude y que se produce sin los controles adecuados. Esta afirmación no es aplicable a los productos que cumplen la legislación de la Unión Europea y cuentan con el sello de certificación ecológica de la UE o de las distintas comunidades autónomas, que son los más reconocidos. Para obtener esa certificación hay que cumplir tanto los requisitos propios de la agricultura ecológica como los que fijan los estándares de calidad y seguridad de cualquier producto destinado a la alimentación.

Teniendo en cuenta todo lo anterior, ¿se puede asegurar que con la agricultura ecológica se obtienen productos más nutritivos y saludables? La respuesta es no. Dicho de otra forma: algunos alimentos ecológicos son muy saludables y otros aportan menos beneficios, tal y como ocurre con los procedentes de la agricultura convencional.

Procesados ecológicos

Miguel Ángel Lurueña, doctor en Ciencia y Tecnología e los Alimentos y autor del blog Gominolas de Petróleo, pone como ejemplo de la confusión entre ecológico y saludable el siguiente ejemplo: “Podemos encontrar una pizza con chorizo con el sello ecológico”. Claramente, se trata de un producto procesado no muy saludable, pero que cumple la normativa vigente. De hecho, lo que se exige para obtener el certificado de agricultura ecológica en este caso es que al menos el 95 por ciento de los ingredientes de origen agrario de ese alimento sean ecológicos.

Hay muchos estudios sobre las supuestas bondades para la salud de estos alimentos, pero las evidencias científicas aún escasean. “Todavía hacen falta más estudios para valorar el impacto real que el consumo de productos ecológicos puede tener sobre la salud, ya que, a día de hoy, no se han encontrado diferencias significativas de composición nutricional entre alimentos ecológicos y no ecológicos”, apunta Alicia Aguilar, directora del máster universitario de Nutrición y Salud de la Universidad Abierta de Cataluña (UOC).

La experta matiza que “donde sí se han encontrado algunas variaciones es en el nivel de residuos de plaguicidas, que es menor en los ecológicos, y, en algún caso, un mayor nivel de antioxidantes”. Sin embargo, todavía no se sabe bien “cómo puede afectar esto a la salud”.

Calidad nutricional

La composición nutricional y el sabor de un tomate o una naranja no dependen de que se haya obtenido mediante agricultura ecológica o convencional, sino de factores como la insolación, el riego o el momento en el que se recogen. En este sentido, se puede afirmar que la recolección en el momento óptimo de maduración influye en la calidad nutricional.

En opinión de Lurueña, en lugar de simplemente relacionar comida ecológica y salud, es preferible centrarse en “comprar productos saludables (frutas, verduras, hortalizas… en vez de ultraprocesados), de proximidad y de temporada”.

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